Hoy escucharás, de mis labios, el mejor consejo que un amigo puede darte.
¡ Deja todo y huye; que tus piernas sean más ligeras que tus pensamientos !
Corre, no dejes de correr, vete a otro mundo, con distintas costumbres, con distintos idiomas. Que nadie sepa quien eres, de donde vienes; si es posible, cambia tu nombre. Y entonces, posiblemente puedas vivir.
Tu vida siempre fue un engaño, una farsa, una mentira, una forma de sobrevivir; y cometiste el gran error de querer jugar con el amor, de un hombre de verdad, que no conoce el perdón y es gran conocedor del amor; que se enamoró de ti y tu burdamente jugaste con él, como has jugado con otras.
Corre, no dejes de correr, piérdete en la neblina del tiempo, del olvido, del
nunca ocurrió, en el camino interminable de la memoria, que nos trae al presente, sin ninguna razón.
Fue una mala elección, has ofendido a un hombre, que seguirá tus pasos hasta lavar la ofrenda, como si fuera un pecado mayor.
Este es mi consejo, de alguien que te amó y supo dejar de amarte; has
escuchado con atención, debes correr, como si la muerte te persiguiera,
huir de ella y hoy huir de él.
¡ Yo, yo rezaré por ti !
Mario Beer-Sheva
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