No verán caer lágrimas de mis ojos; el que llora es
mi corazón que está bien protegido de miradas indiscretas, burlonas y sin razón. Y algunas catalogadas: expertas en el amor.
El dolor, como en una procesión, camina por dentro y en sus pasos golpea, sin lástima, el alma y retumba en el corazón.
Profunda congoja, triste destino, dolor sin igual, de
noche y de día como un ejército, marchan a la par, camino a la destrucción; camino al mal.
Aflicción, pena, pesar, desconsuelo, tormento, suplicio, angustia, tortura todos por igual, marchan buscando matar el amor que espera, ansioso,
dentro de un corazón lleno de cariño, lleno de pasión.
No verán lágrimas, en mis ojos, prefiero llorar en soledad, no mostrar
mi dolor, no gritar mi pesar; Sólo escucharán, de mi el silencio que aflige
pero que no deja huellas en oídos, propios o ajenos.
Fue mi amor y hoy es mi dolor y mañana será el recuerdo de los dos.
¿ Lágrimas ? No las esperen; el amor y el dolor no quiero compartirlo
con nadie.
¡ Son mías, sólo mías y de nadie más !
Mario Beer-Sheva
muchisimas gracias por anegar nuestra alma con la sublime esencia que exhalan tus bellisimas letras , acariciando nuestros sentidos y emocionando nuestros sentimientos,un besin muy muy grande de esta asturiana ¡¡¡ miles de gracias POETA¡¡¡
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