Toma tu cuerpo, sácate los zapatos, afloja la corbata, despréndete el cinturón.
Y ya libre de presiones y ataduras, reclínate como para descansar.
Que te acompañe una melodía de tu agrado, un buen libro en tus manos.
Escucha y leee, evita el sueño. Por las ventanas deberás dejar entrar el aire, de la
mañana, con sus ruidos, pero que no aturdan. Sin teléfonos o timbres a sonar.
¡ Estás alimentando a tu cuerpo !
Con el alimento, más exquisito y sano, que puedas tu dar. La música calma tus nervios, el libro, mantiene intacto y enriquece, tu intelecto.
Toma tu imaginación, de la mano y guíala por tus caminos preferidos, no dejes que ella camine sola, haz que te lleve a lugares que recuerdas con amor, con deleite y que mantiene joven el latido de tu corazón.
¡ Estás alimentando a los recuerdos !
Este es un ejercicio, que deberás practicar todos los días en un momento libre. Y te asombrarás
los cambios en tu cuerpo, será un cuerpo sano y tu mente, será una mente de profundos recuerdos, tu respiración será más pausada, ya que viajaras a otros tiempos, de juventud y amor.
¡ Estás alimentando a tu mente !
Tu mente genera, la fuerza motriz, que necesitas para una vida plena, completa, sin amarguras
y con una gran fe en el futuro. Cuida a tu mente, como si fuera un segundo corazón.
Y entonces podrás decir:
¡ Cuerpo sano, mente ligera, manos firmes, corazón contento !
¡ Una vida a disfrutar !
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