Somos dueños, nos pertenece, somos dueños de nuestro amor, de nuestro amor tormentoso. Nuestro amor nos produce dolor, sospecha, ira y poca pasión; nos une la tormenta, que en nosotros vive, la sospecha de la sombra, de lo infiel, de la mentira, del engaño.
Nuestro amor es un suplicio, que llena nuestras noches de zozobras y lamentos; que no podemos evitar, que nos quita el sueño y nos trae ideas sobre nuestros amores, que creemos no correspondidos y plagados de infidelidad
¡ Debemos separarnos ! ¿ Debemos separarnos ?
¿ Como viviré sin ti, como vivirás sin mi ?
Somos gemelos en el dolor, tomamos del mismo veneno, sufrimos, junto a nuestro amor y la ira, cuando se desata, es la ira de los dos.
Si nos separamos, moriremos los dos y juntos; juntos caminamos a la locura, que nos espera, con las manos abiertas.
Nuestro amor tormentoso nos unió en la fatalidad y será ella la que nos deberá separar para que vivamos los dos.
Yo prefiero caminar hacia la locura, antes de dejarte de amar.
¡ Ya lo sabes, mi tormenta de amor !
Mario Beer-Sheva
muchisimas gracias por tan bellisimo poema que nos regalas y por los comentarios tan bellos que me dejas en mi bloc, esta asturiana te manda un besin muy grande.
ResponderEliminar