¿Tu nombre? Que importa tu nombre, que importa el
color de tus ojos, el color de tu pelo, la suavidad de tu piel, la dulzura de tu voz o el sonido, de tu risa.
De tu risa, que alegraba mi corazón, al compartir tu alegría, tus momentos felices, que gozábamos, los dos.
¿Tu nombre, tu edad? Nada tenía importancia, lo importante que nos teníamos uno al otro y entre los dos, formábamos la felicidad.
La felicidad que sólo el amor puede dar a los enamorados, que se quieren de verdad.
Nuestras almas, gemelas, rebosaban, de pasión, contagiábamos el optimismo y disfrutábamos nuestros sentimientos, nos besábamos ante la
gente, repartiendo nuestro amor.
¿Tu nombre, tu edad, donde vives? No nos interesaba, sin saberlo, como un juego de misterio y de amor por lo prohibido, entre nosotros lo escondíamos, no lo necesitamos;sólo el amor, que ya teníamos, los besos
que nos dábamos y el gozo, que nuestro cuerpo gozaban, como si hoy fuera el último día.
¡Y el último día llegó! Tu faltaste a la cita, te busqué con desesperación, con
mis lágrimas que corrian por mis mejillas, con mis manos que temblaban con mis pies, que no me sostenían. Pregunté, hasta perder la voz, a amigos y vecinos.
¡Nadie te conocía!
No sabía tu dirección, ni tu edad, ni tu nombre...
¡ Sólo te llamaba...Amada mía!
Mario Beer-Sheva
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