Señor, disculpe que lo moleste y que le quite, por un momento su atención, me han dicho que usted es poeta, de calidad y su familia, le ha enseñado, este arte, sin igual.
Que usted es experto, del corazón de las mujeres y eso lo hace un profesional del amor.
Mi caso es complicado y puede ser algo muy sencillo, para usted.
Necesito sus consejos, que escucharé con atención, para poder ponerlos en práctica y yo poder, vivir un gran amor.
Estoy enamorado, señor poeta, de una hermosa mujer, si usted viera la sonrisa, que dibuja sus labios, el brillo de sus ojos, que encandila el corazón.Seguramente usted, también, caería a sus pies, como yo, que he caído
poniendo mi razón.
Varias veces hablé con ella, contándole mis sentimientos y lo único que recibo, grandes carcajadas, que han golpeado mi corazón. Le ofrecí los mejores regalos, que ella aceptó y por
cada regalo entregado, ella un beso me dio.
Señor poeta, sus besos no son suficientes, para aplacar mi amor, yo necesito su amor indondicional y que no esté sujeto al valor de los regalos, que le entrego con el alma.
¡ Ayer ! Fue ayer que le pregunté si confiaba en el amor de los hombres y me contestó:
*Desprecio a los hombres sin regalos y para el próximo beso, tráeme lo más preciado que tengas*
Y esta es la historia, señor poeta, se la dejo para su estudio, mi respuesta ya la tengo.
¡ Gracias por escucharme !
El enamorado esperaba, que saliera su amor. Cuando pisó la vereda a ella se le acercó y le dijo:
¡ Te he traido el regalo, más apreciado y de más valor, que poseo !
Introdujo su arma en su boca y su vida le regaló...
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