lunes, 7 de junio de 2010

Nada Más Que Una Sombra


¡ Hermano ! No me hables de ella, nada preguntes de esa mujer,
hace de cuenta que nunca existió, que fue un invento que mi romanticismo creo y que me enamoré de algo que no existió.
Que en una noche, cualquiera, volviendo del boliche, con las
compañías de las copas y cargado de alcohol, me paró en la calle y fuego me pidió.
Me pareció un sombra, que me hablaba y hasta me asustó.Prendí
su cigarrillo y a la luz, del fósforo, la cara le vi. Sus ojos, como brillaban sus ojos, sus ojos mareados de alcohol, una triste mueca, era su sonrisa y sus *gracias* despedian, el sonido de voz aguardentada, por las copas y las copas, que esa noche tomó.
¡ Hermano ! No me preguntes por ella, no me hagas recordar, que la tomé del brazo, la llevé a
mi casa y después de unas noches, la hice mi mujer.
Además de la libreta le dí todo lo que podía, trabajé noche y día, le compré ropa y le di de comer
No pasó mucho tiempo, que la lástima que por ella sentía, se transformó en amor.
Mis sueños, mis tontos sueños, elaboraron una cura para los dos, dejar la bebida, aprovechar el
día y dejar la noche para el descanso o el amor.
¡ Hermano ! Ya que lo preguntas, no pasó mucho tiempo y ella volvió al alcohol, que era su único amante, su gran amor. Sus promesas fueron vanas, promesas del momento, por unos días o unas horas y nuevamente,abrazaba la botella que la hacia tan feliz.
¡ Cuantas veces rompió sus promesas, no las recuerdo ya !
Y estando internada, con un pie fuera del mundo, quiso que le jurara que yo dejaría de beber.
¡ Hermano ! Ella ha muerto y aquí me vez, tomando un copa y si tu quieres, te prometo dejar de
beber.
¡ Tu sabes, que no creo en los juramentos ! ¿ Y tu ?

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