¡ He tu, mujer, desvergonzada ! Detén tu camino y mírame a los ojos y muestra que eres tan valiente o sólo sabes hipnotizar, a los pobres tontos que hemos confiado en ti y como en un sueño, al despertar, vemos que la realidad debería manchar tu cara con el rojo de la verguenza y la traición.
¡ He tu, mujer, acaso vas apurada ! O evitas hablar por la opresión que tienes en el cuello y sientes que manos de ira aprietan tu garganta, para que pierdas el aire y dejes de mentir. Tus mentiras producen dolores. ¡ Ten cuidado, manos de rabia pueden apagar tu rastrera acción y terminar contigo; como la rabia al perro !
¡ Mírame a los ojos ! Y en ellos verás mi desprecio; que más que desprecio es lástima que hoy siento por ti, vas mendigando un tiempo de amor a cambio de un dinero que te hará vivir y cuando el tiempo pase y tengas más años, para llevar, el dinero será menor hasta el momento, que ofrecerás tu cuerpo por una comida y un lecho,quizás.
Abominar, aborrecer, detestar; nada de esto vive en mi. Los rencores viejos el tiempo los mató y no tengo rencores nuevos, ni el odio me quedó.
Por ti siento lástima, una lástima tremenda y que después de tantos años se alimenta de los recuerdos...
¡ Y del gran amor, que aún siento por ti !
Mario Beer-Sheva
" La esperanza, sin ella la vida no tendría sentido "
Anónimo,-
No hay comentarios:
Publicar un comentario