En el preciso momento que la luna se retira para dejar, paso, al sol del nuevo día, es en ese momento
que el viento comienza a soplar; los viejos de lugar, aseguran, que el viento es la canción de cuna que adormece a la luna y el aviso al sol que debe asomar.
En mi cama, tapado hasta la cabeza para no escuchar el silbido, que produce el viento, entre los árboles, imitando la voz de mi amada que repite mi nombre, pidiéndome socorro, para que acuda a su lado y la rescate de su tumba tapiada, que la traiga a la vida; que heche a la muerte, que le inyecte el aliento para hacerla vivir. ¡ Nada de esto es posible !
Que el viento se calme, que pierda su voz; que sea una brisa, que alivie mi razón.
El viento tiene su propia voz, que va cambiando según la dirección; hay veces que es ronco, como un mal cantor, en otra es un silbido, llamando la atención a hombres y mujeres, que conquista el corazón y en algunas ocasiones es un vozarrón, que arranca y destruye, sin piedad, sin razón.
Escucho el viento y es la voz de ella pidiéndome que la libre del encierro, donde la muerte la dejó.
¿ Que puedo hacer, amada mía ?
Tu has muerto y eres parte del viento yo vivo y él me ha hecho perder la cordura, llevarme a la locura y perder la razón.
Mario Beer-Sheva
" No te empeñez en ser conocido, sino en ser alguien que merezca la pena
conocer " Anónimo.-
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