¡ Piedad, sólo piedad !
He herido, he traicionado, he mentido; y hoy sólo me queda pedirte piedad...
Mis pecados castigan mis día y mis noches, mis sueños son de horror y mis pensamientos me averguenzan, me impiden mirarme en el espejo de la vida vivida...
No tengo consuelo, la soledad es mi compañera y aún escucho en el silencio, silencio que tanto temo, mi carcajada, mi burla ante el llanto de una mujer...
¡ Piedad, sólo piedad !
Mi corazón embrutecido, mi conciencia me ha abandonado, mis amigos no existen, mi familia, de mi, hasta el nombre han olvidado...
El olvido y la soledad, es mucho castigo; pero es poco por el daño que he hecho y hoy que quiero olvidar, me doy cuenta que el olvido ha muerto, mis pecados quedaron aferrados a mi alma, hasta que ésta huyó de mi cuerpo...
¡ Piedad, sólo piedad !
Es tan poco lo que te pido, representa tanto para mi; es poco el tiempo que tengo y solo el perdón me dejará vivir, mis últimos años, sin tener que esconderme sin tener que huir. No pretendo caminar con la cabeza en alto, no pretendo mirar a la gente a la cara, pero si pretendo que aceptes mi arrepentimiento y me otorgues el beneficio de la piedad que alberga en tu ser...
Mario Beer-Sheva
" Tu vida es como un libro. El título que lleva es tu nombre, el prefacio es tu
introdución al mundo, las páginas son las crónicas diarias de tus esfuerzos.
Anónimo.-
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