domingo, 19 de septiembre de 2010

El Invierno


El invierno ha llegado, los árboles lucen tristes y desolados, sin sombra, sin resguardo,ni hojas, como los ancianos, desdentados. Su
savia congelada, como tomando envión, para la primavera que a continuación vendrá.
Estación sin alegría, sin pájaros, sin niños, que jueguen a su alrededor, sin enamorados que graban un corazón, como recuerdo de su amor, sin sombra para los jubilados, que esperan su pensión.
El invierno ha llegado y con él la tristeza, del frio y del viento y de la falta de sol. Poca gente, en los parques, si hasta el placero ha faltado a la reunión. Los árboles y sus ramas, como esqueleto, parecen estar solos en la ciudad. Pero en realidad son los árboles del invierno, que juntan fuerzas y esperanzas, para sus capullos, hoy congelados y mañana abiertos, listos para transformar en verdes hojas, que traerá la alegría, para la vista, para el olfato, para el amor.
El invierno, es el descanso de los árboles, que se preparan para resucitar con su belleza y esplendor.
El invierno es un gran imitador, porque igual que en la vida, es parte, importante, de la cadena
que hace inmortal la creación, es un eslabón de descanso, preparándose para la nueva estación.
Enamorados, ancianos, niños, pájaros. Estén preparados.
¡ Pronto volverá la acción !
Mario Beer-Sheva

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