Hoy bailaré, mañana me enamoraré y bailaré con la que será mi novia y al tiempo mi mujer...
Bailaré al son de la música romántica y lenta; mis brazos
abrazarán su cuerpo y ella responderá con el calor de su piel...
Su mejilla descansará en la mía y mi boca en su oído, en un murmullo, le hablaré de amor, todo será romántico y la cadencia de la música, será el marco, donde soñaremos los
dos...
Ven mujer, acompáñame y bailemos, sin pensar, que los compaces, como
olas, nos hará navegar, en el inmenso mar donde duerme la felicidad, esperando que venga alguien a despertarla, para ser feliz...
No dudes; hoy no me amas, mañana me amarás cuando estemos abrazados y la música a nuestros pies, cuando nuestros ojos se enfrenten y leamos nuestra pasión, juntaremos nuestros labios para calmar nuestra sed...
Ten confianza, en poco tiempo seremos marido y mujer, o quizás amantes,
pero nuestra vida quedará atada a nuestro querer...
Es tan triste vivir sólo sin un querer; el hombre como la mujer nacieron para amar y ser amados. La vida es corta, la muerte es larga; no perdamos tiempo y encontremos amor, que será compañía y ahuyentará la soledad,
que es peligrosa y cruel...
Ven a mis brazos, mujer y al son de la música dejemos que nuestros corazones jueguen preparándose a la pasión que vendrá...
¡ Bailemos, que al bailar nuestros cuerpos se conocerán, para después amar !
Mario Beer-Sheva
" La muerte está tan lejos como grande sea la esperanza que construimos "
Enrique Pichón Riviere.-
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