Hoy he decidido escribirte, después
de un tiempo, de olvido o distracción, pero no creas que te he echado de mi
mente. Tu, justamente, es una de las razones que da vida a mi pluma y agita mis recuerdos. Eres como un tábano en el noble animal.
Tu sueles leerme y eso me llena de orgullo, tu eres un seguidor y debo entretenerte, con mis historias, que no siempre lo son, que ellas calman tu sed de saber, conocer y comentar, el trabajo de este triste poeta, que vive de los recuerdos, memorioso del pasado;más memorioso que hábil para escribir.
Tu eres un curioso lector, en tu espíritu duerme la duda: ¿ Lo que leo es real o sólo un conjuntos de temas, de temas pasados, pero no olvidados y hoy, con un poco de tinta, escritos en el papel ? ¿ Es real lo que leo o acaso es la mente, con anécdotas, que este viejo poeta las presenta como propias?
¡ Que curioso, amigo, tu me llevas ventaja !
Tu conoces mi estilo, yo nunca he visto tu rostro, tu conoces mis pensamientos, yo no conozco tu voz, tu sabes lo que pienso sobre el amor, sobre la vida, sobre la amistad, en cambio, hay veces, que desconfío de tu existencia y lo tomo como un sueño de mi vejez;anhelé ser poeta, escribir para que tu me leas, que goces con mi imaginación, que apludas mis sentimientos, que rías con mis ocurrencias, que llores con mi alma herida,
que te contagies con el amor, de un viejo enamorado.
¡ Amable seguidor, si todo esto lo he conseguido, me siento afortunado !
¡ La vejez no me pesa, la juventud está a mi lado, mis letras son testigos !
Mario Beer-Sheva
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