Si pudiera abrir mi pecho y que tu escuches los latidos, de mi corazón, con sorpresa escucharías que con cada latido repite tu nombre, como una letanía.
Sólo tu nombre conozco, conozco tu rostro y nunca lo he acariciado, he visto tus labios, que nunca he besado, me han asombrado tus bellas manos, que nunca las tuve entre las mías, tu perfume embriagó mi olfato y tu figura, con deleite, aparece, noche a noche, en mis sueños.
No conozco tu voz, pero si, el taconeo de tus zapatos, cuando pasas por mi vereda y yo corro como enloquecido, para verte pasar.
Hoy me has dado una sorpresa: has contestado a mi saludo habitual; es
la primera vez que ocurre y hasta me dan ganas de gritar. Lo estoy escribiendo para recordar este gran momento, porque en las noches de fiebre y deseo, temo olvidar.
Soy un adicto a ti y no puedo remediarlo, mi corazón se desboca, las manos me tiemblan y siento en mi cuerpo un escalofrío, que me hace tiritar.
Déjame de hacerme sufrir, hermosa mujer, déjame que te ame y te acostumbrarás a mi; te propongo comenzar como amigos y en poco tiempo seremos amantes y entonces si, verás, que mi corazón, con cada latido repite tu nombre, de día y de noche, con la luna y el sol.
Déjame demostrarte, para que veas cuanto te quiero y tu, sin dudarlo, en días, serás mi amante. ¡ Si así, no lo fuera, abriría mi pecho y moriría, por ti !
Mario Beer-Sheva
Ten en cuenta:
Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no
aceptes un *No*por respuesta.
Anónimo.-
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