En la soledad de mi cuarto, en la soledad de mi vida, mirando la ventana, la tarde morir; la tarde sin brillo, porque el sol hoy faltó y el gris de las nubes quitó la sonrisa, por falta de sol.
Buen momento para el recuerdo, recuerdo ingrato que me hace llorar y mis ojos, tan tristes, acompaña al cielo, en su mirar.
¿ Porque en estas tardes, de tanta tristeza, acuden recuerdos, que vibra mi pecho como una congoja de no olvidar ?
¿ Acaso el dolor es lo que me mantiene vivo ? ¡ El recuerdo me aferra a la
vida y no me permite claudicar !
La tarde está triste, igual que mi pecho. La tarde tiene pena, que no puede
olvidar. La tarde está nublada, igual que mis ojos. La tarde ya no sonríe,
no tiene de que y yo, junto con ella, la acompaño en su dolor.
Desde mi cuarto contemplo el cielo, que no invita a salir, que invita al recuerdo; de ese amor generoso, que un día perdí. Que busqué sin descanso, pero nunca lo hallé y en el correr de los años, aprendí que los días grises, que opaca mi mente y sólo el corazón, la recuerda y late con
dolor.
En la soledad de mi cuarto, junto a mi tristeza, cierro la ventana, para no
ver.
¡ Y espero el mañana, quizás, tendremos día de sol y las nubes faltarán !
Mario Beer-Sheva
Para pensar:
Hay algo más importante que la lógica: La imaginación.
Alfred Hitchcock.-
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