Sentado con mi ordenador prendido,
listo para volcar en el teclado los recuerdos, que acuden a mi mente y que suelo plasmar, para releer una y otra vez;después los subo a mi blog y los dejo, libremente, para aquellos, que curiosos o no, lo leen y disfrutan mi vida, como yo la disfruté.
Por una razón inexplicable, mi pantalla se transforma en un espejo, que devuelve mi imagen y puedo verme tal cual soy;veo a un hombre mayor, con poco pelo, que luce canas, profundas arrugas, en su rostro, sus ojos llenos de recuerdos, sus labios,
con triste sonrisa, en lugar de las carcajadas, que supo tener.
Me veo como un caminante, en camino de tierra, que pierde vehículos, que no se detienen y al pasar dejan el polvo, en suspensión, que van grisando al hombre viejo, con su maletas de historias, que a nadie interesa, pero que él las ha vivido, con mucho ritmo, sentimiento y hoy,
amor.
Mi corazón contento, de poder recordar, que es una forma de gozo, volver a los años atrás; tiene una fiesta con sus invitados, que son los recuerdos,
de tiempos pasados, pero que llevo abrochado en mi corazón.
No me molesta que nadie me lea;pero la esperanza, que ella lo haga y reconozca en mi historia, contada, que ella fue y es, la diosa de mi corazón.
¡ Por si me lees, quiero que sepas, que hubo muchas, después de ti!
Nadie pudo suplantarte, ten presente, nunca, a nadie, amé como a ti.
¡ Hoy no escribiré, apago mi ordenador, ciero los ojos y pienso en nosotros !
¡ Lo nuestro fue maravilloso ! ¿ No crees mi amor ?
Mario Beer-Sheva
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