Que triste que está el escritor, que hasta hace poco sus poemas eran leídos, por hombres y mujeres, que buscaban el amor. Que buscaban entre sus letras los consejos, que este hombre, con valentía, escribía sobre sus amores, que regalaba para aquellos, que no sabían, amar con pasión.
Hoy al escritor le faltan palabras, su
alma cerrada, no tiene respuesta, sólo el silencio contesta a la llamada, de un amor que busca el consejo o la opinión dada, de un experto en cuestiones del corazón.
Sufro contigo; consejero del alma, curador de amores, soñador de ilusiones, contador de historias y todo lo que hacías para alegrar el día, hasta que con tu pluma o tu voz se encendiera en nuestro pecho la chispa, para transformar el deseo en un cariño largo y verdadero, al que llamamos amor.
Tantas veces me has ayudado, en épocas perdidas en bancos de nieblas y con tu radiante luz has ahuyentado lo gris del día, hasta que las nubes, al abrirse, dejaban pasar el sol y me guiaban los pasos a una vida de dicha y felicidad.
¡ Que triste que he quedado, cuando me enteré de tu desgracia !
Hoy de ti nada ha quedado, sólo pudiste salvar una nueva experiencia,
tienes un don y lo has perdido: ¡ Los poetas nunca deben enamorarse, porque pierden su magia y olvidan su destino !
Mario Beer-Sheva
" Un buen vino no necesita rótulo. "
Proverbio Francés
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