¡ Hoy es el día, para decirnos adios ! No es un día nublado,triste
y sin sol. En mi, reina, la tranquilidad de la despedida. Mis ojos no
tienen lágrimas, no tienen porqué tenerlas, mi pulso no tiembla,
está firme, como debe ser. Mi corazón marcha, al ritmo normal, que debe marchar. No hay nada que alterará mi forma de actuar;
he decidido que es el día para el adios, para nuestro amor, que agonizó durante tanto tiempo, hoy debemos liberarlos y que busquen otros amores, con la tranquilidad, de un amor verdadero,
civilizado y que no sea letal.
Amar para morir amando, no es morir ni es amar y ese era el camino que nos llevaba este amor, sin nombre y sin frontera, sin felicidad y sin goce de un amor normal.
He elegido, este día, para despedirme de ti, que estoy seguro que no te sorprenderá. Piensa que
los amores escondidos, son felices en la ficción y no en la realidad.
Un cariño, tierno y dulce, como el nuestro, al estar prohibido, en poco tiempo, se transforma
en un infierno, en una payasada, en un carnaval y nosotros caminado, como los disfrazados,
buscando la nada, porque, más adelante, al fin del corso, daremos la vuelta, una y otra vez,
exhibiendo nuestros disfraces, con el corazón estrujado, de miedo y verguenza, sin pensar sacarnos el antifaz.
¡ El corso terminó, quítate la máscara, enseña tu rostro, hasta el próximo año, que buscarás otro amor ! Y a él le dirás: ¡ Yo tambien use careta en el carnaval de la vida !
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