Pienso, pienso y pienso y
miles de razones se agolpan en mi mente
formando un enjambre de
frases deshilvanadas sin forma ni contexto.
Me faltan palabras, me sobran
razones, para contarte mis penas por
tanto amor herido, que
agoniza y muere, sin poder decirte cuales son
mis sentimientos sobre ti al
verte crecer y madurar.
Contarte mis sueños, mis
ansias, las noches de insomnios, las madrugadas
en vela, con proyectos y
planes que son imposible que no creo en ellos.
Y solo mis lágrimas y mis gritos contenidos; son testigos de mi
extraño
amor llenas de razones y huérfanas
de sonido repitiendo tu nombre hasta
el nuevo día.
Los años transcurridos me han
llevado a la vejez y pienso angustiado que
tendrá que morir conmigo, por mi silencio, por
mi secreto, por mis labios
clausurados que enmudecen al
verte pasar.
Mi cuerpo se revela y tiembla
al verte como un niño a una golosina que
no puede alcanzar. Quiero
vivir y es por eso que vivo pero mi vida es de
dolor, de pena infinita, que
llevo clavada en el alma como una maldición.
Me sobran razones me sobran
motivos por haberte abandonado ya que tu
no veías que yo no era el
hombre que tu merecías y dejando a un lado la
hipocresía
abrí la puerta que te retenía y te di la libertad para que vueles
a
otro nido buscando la felicidad que tu merecías.
Hoy
lloro por haberte perdido pero al enterarme que eres feliz en tu vida…
¡Me
sobran razones por haber cambiar mi
dolor por tu alegría!
Mario
Beer-Sheva
“Hay
metas que parecen inalcanzables. Pero hay hombres nacidos para
alcanzarlas.”
José Narosky.-
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