Pudiera ser que en esta vida
o en otra, si la hubiera, mis palabras te
hagan conocer mis
sentimientos hacia ti y pudiera ser que me mires
a los ojos y veas reflejado
mi amor sincero y leal.
Pudiera ser que escuches mis
lamentos, y entre mis lamentos, escucharas
como repito tu nombre en una
letanía, como un rezo, pidiendo por mi
vida sin proyecto, sin
alegría, ante tu indiferencia total.
Pudiera ser y espero que sea
que mi presencia llame tu atención y que
al mirarme, por el brillo de
mis ojos, veas lo que pasa en mi corazón.
Pudiera ser que te enamores
de mi; entonces caeré rendido a tus píes y
nadie podrá amarte y cuidarte
como yo lo haré; será el comienzo de
nuestra felicidad.
Pudiera ser que los años
transcurran sin sobresaltos y en un tiempo la
vejez con sus achaques y
lamentos lleguen a nuestras vidas; verás
entonces que juntos seremos
más que dos.
Pudiera ser que yo me valla
primero; en ese caso te pido perdón por
dejarte sola en la forzada
separación en la compañía de tu dolor.
Pudiera ser que tu partas
antes; en ese caso puedo asegurarte que nadie
podrá remplazarte en mi
angustiado corazón.
Pudiera ser que el dolor de
mi soledad me mantenga vivo hasta que un
día, seguramente, nos
encontremos los dos.
¡Pudiera ser y espero que así
sea; mi irremplazable gran amor!
Mario Beer-Sheva
“Solo cuando volamos no
corremos el riego de caer” José Narosky.-
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