El viento empujó las nubes y
asomó su cara pálida, inmutable, la dama
de la noche; que vigila en la
noche que todo lo ve que a nadie le cuenta
porque no sabe hablar.
Llena, menguante, creciente,
nueva es la misma luna con distintas caras.
Todo lo sabe; es la dueña de
la noche aprovecha la ausencia del día y huye al amanecer. Todo lo ve no habla
con nadie ni siquiera con su corte, llena de estrellas, que lleva como manto la
solitaria dama de la noche.
Su rostro harinado es
inmutable pero hace siglos y siglos que vigila desde
el cielo: las parejas que se
ocultan respetando su secreto, el trasnochador que vuelve a su hogar buscando
el descanso que lo haga dormir, el ladrón
que cometerá el crimen o el
solitario que busca una compañía que rompa
su monotonía pagando por
ello, el marido infiel, la mujer tramposa.
La dama de la noche, cuenta
la leyenda, se enamoró del sol y el Di-s al enterarse la separó del día y como
castigo la transformó en faro, junto con
su
corte de estrellas. y a la luna le quitó su voz para que no llame al sol.
No puede hablar pero su gran
memoria recuerdo de su vigilia lo que la noche oculta, lo que la noche le hace
ver, y piensa y piensa que si cumple con
su condena y recupera el habla el mundo conocerá la vida de la noche
con sus amores, sus rencores, sus misterios,
juramentos y traiciones…
¡La dama de la noche sabe más
que la noche misma!
Mario Beer-Sheva
“Un verdadero amigo es aquel
que sostiene tu mano y toca tu corazón”
Gabriel García Márquez.-
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