Te encuentro distinta; te
encuentro cambiada, quisiera saber que
es
lo que te pasa. Ya no sonríes
como sonreías, con la burla dibujada en
tus labios, tus ojos con
brillo la carcajada fácil, que nada empañaba tu
alegría, tu voz melosa
diciéndome cuanto me querías y dando gracias
por habernos conocido…
Algo te ha pasado; tus sueños
inquietos, tus vueltas en la cama, tus largos
silencios, tus lágrimas
escondidas queriendo disimular tras un maquillaje
que antes no usabas. No
cuidas tu pelo como lo hacías, ya no te interesan
las vidrieras con los nuevos
modelos, siempre usas la misma ropa y te has
vuelto descuidada con tu
aspecto y el peinado de la mañana…
Algo te ocurre; no puedes
negarlo quizás si supiera pudiera ayudarte pero
al ignorar tu problema nada
puedo hacer salvo preguntarme que es lo que
te pasa y preguntarte como
puedo entender lo que sientes dentro de ti…
¿Será algo que he hecho y te
ha disgustado?
¡Sea lo que sea dímelo y
cambiaré de inmediato!
Persistías en tu seño
fruncido y ante mis preguntas recibo el silencio de tus labios cerrados y
alguna lágrima que asoma en tus ojos…
……………………………………………………………………………..
Hoy al despertarme, tu lecho
vacío tu almohada intacta, atacaron mis sentidos y el sobre blanco con mi
nombre escrito apoyado en el espejo me
dejó adivinar tu partida.
Déjame adivinar. No leí ni
leeré tu nota.
¡Déjame adivinar el suplicio
que me espera!
Mario Beer-Sheva
“La paciencia es amarga pero
su fruto es dulce.” Aristóteles.-
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