No temas lo entenderé he sido
cobarde y aún lo soy. Preferí la seguridad
de pasar desapercibido y no
ir en contra de la corriente del que dirán. He
perdido tu amor y creí ganar
mi tranquilidad y ahora en el correr de los
años mi soledad me reprocha
mi cobardía.
Llámame cobarde, lo tengo
merecido, me lo he ganado gracias a mi cariño
a la vida segura y no querer
apostar a la audacia del coraje y oír la voz de
de mi corazón.
Y los años que no saben de
demora continuaron corriendo y hoy solo y
triste en mi vejez me muerdo
los codos por no haber tenido la sabiduría
que
lo más importante es el amor y no el placer. Hoy con experiencia puedo asegurarte
que el placer se desgastó con los años y el amor se alimenta y se
fortalece
hasta transformarse en una muralla inexpugnable ante cualquier
tempestad
.
Pero
los años han pasado y no hay nada por hacer es por eso que te pido que
me
llames cobarde por haberte dejado por un poco de falsa risa tras la máscara
ridícula
de la carcajada de la vida.
Llámame
cobarde, no pierdas la ocasión, pero nunca me mires a los ojos porque
solo
verás lágrimas de un cobarde llorón.
Mario
Beer-Sheva
“No
espero nada del hombre. Pero mucho de algunos hombres”
José
Narosky.-
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