La fría tarde apagaba sus luces dejando lugar a la noche que
en
el horizonte asomaba y como un vaho de neblina y misterio
las
tinieblas mostraron la es finge de la mujer, que como estatua
de
movimiento y silencio, me observaba con apenas una sonrisa
en
su rostro de contornos y matices.
¿Fantasía, realidad? ¡Como saber!
Intenté hablarle; preguntándole su nombre, de donde venía,
hacía
donde se dirigía. El silencio total fue su respuesta que
envolvió mi
curiosidad al ver tanta belleza. Sus ojos fijos en mi, me
extendió sus
manos, no pude resistirme y me aferré a ellas. Con
determinación mi
boca besó a su boca. Su boca fría como el hielo murmuró,
como en
un suspiro: “Has besado a tu propia boca yo existo solo en
tu fantasía”.
Que tonta locura, que desperdicio de tiempo, que borracho de
un amor
que no existe, de una mente que divaga buscando una razón
para poder
entender tanto desquicio.
¿Un amor desquiciado? ¡Tal vez!
La es finge se fue desvaneciendo tragada por la niebla o por
mi mente
enferma y en mi quedó el frió de su boca junto a una
pregunta:
¿La locura enamora? ¡Porqué yo estoy loco por ella!
Mario Beer-Sheva
“Todo soñador tiene asegurada una porción de felicidad” José
Narosky.-
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