Ven siéntate a mi lado; abandona tu ocupación y tengamos una
charla sin tiempo ni apuro y mientras conversamos nuestros
ojos
viajarán al pasado y juntos reviviremos el camino transitado
que
el amor nos ha guiado.
Deja que nos envuelvan los recuerdos; que la vida nos ha
concedido
y veremos pasar por nuestra mente tiempos buenos y otros no
tanto.
Pero todo lo hemos pasado porque de a dos unidos, por el
respeto, es
más fácil navegar por la vida.
No rechaces mi invitación; la vida no da respiro, camina con
prontitud,
si hoy tenemos la oportunidad de conversar aprovechemos no
la
dejemos pasar.
Créeme; que no será necesario el sonido de nuestras voces
sólo el silencio,
presente, será suficiente para ingresar a nuestros recuerdos
y vivir aquellos
años que soñando despiertos, nos imaginábamos con hijos,
nietos y tantos
otros placeres
producto de nuestro destino. Los hijos llegaron y un día se
fueron; arrastrados por el viento del desamor que es ingrato
y doloroso, para
los padres, que
quedan aguardando en la puerta de la esperanza.
Te invito; hablemos de esos temas que son tristes pero
reales. El cimiento de
nuestro amor todo lo puede.
¡Hasta compartir el dolor!
Mario Beer-Sheva
“Podemos reír con muchos. Pero llorar con pocos” José
Narosky.-
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