Escribiré como nunca antes lo hizo otro escritor; escribiré
sobre
las cosas buenas de la vida, dejaré atrás las lágrima y el
dolor. Mis
letras sólo hablarán de las cosas bellas, que la vida nos
ofrece, que
están al alcance de nuestras manos. nuestros ojos, nuestro
aroma,
nuestra piel.
Escribiré y nunca más escucharé los gritos del hambre y del
dolor, el
ruido de la metralla y los himnos de guerra llamando a la
muerte, el
acero de los fusiles serán para los arados y la pólvora
servirá para
alumbrar las noches de festejos, por un casamiento o un
nacimiento,
quizás.
Escribiré con alegría describiendo el mundo de fantasía que
crearía
en mi mente, donde la risa sería el aire que respiramos, con
la carcajada
recibiríamos la mañana y a la noche los besos y abrazos
marcarían el
fin del día.
Escribiré para aquel que quiera leerme, escribiré hasta que
mis manos se
gasten, escribiré hasta que no haya más nada que escribir,
escribiré porque
es mi forma de vivir
¡Y cuando todos me hayan leído, me sentaré a escribir!
Mario Beer-Sheva
“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso” Lao-Tsé
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