Sólo dos secretos quiero confiarte. Dame tus manos ten toma
las mías que quiero hablarte con la voz del corazón.
Sabes; quiero ser tu amigo, ser tu hombro en el llanto y en
la
alegría, con los brazos en alto, cantemos a coro la aleluya
de
la sonrisa sin medida
y sin control. Quiero ser tu amigo,
saber de ti y que tu sepas de mi, juntos subir a la montaña
más
alta y bajar al valle más profundo. Hablar de libros, de
cine,
visitar museos, sentados en un banco ver a los niños jugar,
a los
enamorados besarse y a los ancianos dormitar, mientras una
sonrisa
juegan en sus labios del recuerdo del ayer.
Quiero ser tu amigo, tu amigo de verdad sin compromisos sólo
la
lealtad que nuestros abrazos sean fraternos y que nuestros
ojos se
emociones por un amanecer y cuando la noche llegue que la
luna nos
vea tomados de las manos contando las estrellas, como sin
saber.
Lentamente te acompañaré a tu casa y luego satisfecho de
haber estado
contigo regresaré a mi hogar a soñar con un nuevo encuentro
de nuestra
honesta amistad.
El otro secreto, querida amiga, es que nunca, nunca, nunca
seré tu amante.
La razón:
¡Amo a otra mujer!
Mario Beer-Sheva.-
“El dolor es el dibujante de la fisonomía” José Narosky.-
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