Y mientras tu espalda se alejaba orgullosa y altanera, yo
quedé en
la vereda, con el corazón herido, lágrimas en mis ojos, roto
mi
orgullo, sollozando tu partida…
¿Acaso no tienes corazón?
La tristeza me acompaña desde aquel día; pido a los dioses
que me
protejan de una mujer sin corazón. En un murmullo muy bajo
me
confesé ante Di-s y recibí el silencio que aturdió mis
sentimientos…
¿Es posible vivir sin corazón?
Después de haberte conocido puedo contestar que se puede
vivir sin
corazón, sin sentimientos, sin temor a Di-s, sin temor a la
vida ni la
vergüenza de haber vivido…
¿Tu corazón está muerto? ¿No funciona como es debido?
Entonces aléjate de la gente y deja de simular un amor que
no sientes,
por falta de corazón, por falta de sentimientos. Vive si
puedes y deja
vivir para tener algún día el perdón, que no mereces y las
lágrimas que
no tienes…
¡Mujer sin corazón, sin alma, sin sentimientos! ¡Eso es lo
que eres!
Una sola cosa quiero pedirte Señor:
¡Nunca la hagas madre, por favor!
Mario Beer-Sheva
“Cuando muera elegiré el paraíso por el clima y el infierno
por la buena
compañía” Mark Twain.-
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