Recuerdo cada uno de las cosas que fueron pasando hasta que
un día
de hombre pasé a ser tu esclavo. Entraste a mi vida como un
huracán
y a tu paso arrasaste con mi voluntad transformándome a un
esclavo
a tus caprichos.
Tus besos me enviciaron, y hoy sin ellos no puedo vivir, tus
caricias en
mi despertaron la razón de existir, y hoy que me faltan no
hay piel que
aplaque mi sed, tus palabras susurrando en mis oídos,
despertaban en mi
las locas ansias de amarte, más y más, creyendo en tus
promesas como
si fueran de bendecir.
A tu paso, con tu veneno, rompiste mis defensas de dudar de
un amor tan
repentino y sin contemplar el daño que hacías; y como un
buen esclavo,
sin pensar, obedecí tus órdenes y hasta amigos perdí.
Hoy te recuerdo el paso por mi vida y el daño que dejaste en
mi alma, que
de amor pasó a hacer un recuerdo de odio y rencor.
Ya todo pasó; suelo recordarte de cuando en cuando como algo
maligno.
Debo confesar que de cuando en cuando mis ojos lloran y no
recuerdo la
razón de mi dolor.
¿ Serán cadenas de amor ?
Mario Beer-Sheva
“Viejos son los que tienen más edad que yo” Anónimo.-
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