¡Es mi último poema!
Romperé el secreto que durante tantos años nos cobijó de miradas indiscretas, de comentarios no deseados, de besos y carisias escondidas en las noches solitarias, en la soledad de nuestra alma...
¡Es mi último poema!
Que pongo a tus píes como tributo a las horas que nos amamos y a las tantas otras que nuestros ojos se veían sin sonrisa, sin gesto, iganorándonos sin la menor compasión...
¡Es mi último poema!
Haré de cuenta que te entrego mi corazón para que sea tu recuerdo de un amor tan sublime y sincero como el nuestro. Te dejo la responsabilidad de hacer conocer nuestra pasión o continuar encerrada como un prisionero por vida...
¡Es mi último poema!
Mi alma renunció a nuestro amor y la esperanza lo acompaña en su renuncia; así como dejé de pensar en el destino de mis hijos, que nos abandonaron al entrar a la vejez, o nuestros nietos que nunca tuvimos y nunca conoceremos el placer de poder abrazar la sangre de nuestra sangre...
¡Es mi último poema!
Junto con él te dejo el grito, silencioso, de tu nombre que morirá con mi último suspiro de un poeta en su final...
Mario Beer-Sheva
pensamientospoemas@gmail.com
"No vivas dando tantas explicaciones; tus amigos no la necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden"
Anónimo.-
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