No es el espanto, no es el odio, no es la lujuria, no es el nombre, la cantidad o la edad.
Es, solamente, el amor, es ese sentimiento que nos une, nos
anuda y forma un puente entre nosotros.
Es un puente que todos pueden pasar, pero sólo quedarán
aquellos que aman de verdad.
Nos hemos enamorado de las letras, palabras, fraces, oraciones y todo esto lo hemos volcado en el papel y como
resultado hemos tenido un hijo, llamado poeta, que nunca nos abandonará.
No pensemos que iremos adelante de él o detrás. Iremos a su lado, caminaremos junto con él y juntos creceremos, tendremos experiencias, alegrias, muchas veces incomprensión, pero nuestro puente y nuestro andar, no claudicará. Ya que el amor que sentimos, por las palabras, será la inspiración que nos hará marchar.
Tendremos sueños, oiremos susurros, juntaremos estrofas, veremos las rosas, ignoraremos
las espinas, nos pondremos nombres importantes, impactantes. Pero en nuestro ser , muy
profundo, vivirá un poeta, esperando, como la joven amante, que llegue su príncipe y nos muestre la luz.¡ Y será la misma luz, para Mosaicos, en su creación !
Mario Beer-Sheva
Nada mejor que estas palabras pudieron resumir lo que nos mueve.
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