Y los años fueron pasando y la espina que llevo
adentro, me lastima el corazón. Y así, como cuando ocurrió, no pude dar un quejido, ya que de un amor escondido nadie debe quejarse, por más que el dolor lastime y, hay veces, que hace
perder la razón.
Nuestro amor escondido, no nos permitía, que hablemos de él. De noche nos amábamos y de día: ¡ ni saludar !
Por calles distintas, sin cruzarnos, escondíamos la verguenza del saber que hacíamos mal en
amarnos a espalda de la sociedad. La sociedad conocía nuestros compromisos, pero no conocía el amor desbordado, que como un mal incurable, crecía y se multiplicaba, hasta adueñarse de
nuestra vida, de nuestro ser, de nuestra mente y nos transformó en esclavos de nuestro gran
amor, de nuestra gran pasión.
Los años se fueron, pero la espina quedó, los años se fueron y nuestro amor se hizo grande,
echó raíces y nos envolvío en un laberinto de redes. ¡ Sin piedad, sin contemplación !
Hoy te veo, por la calle y evito pasar a tu lado, ya que es mucho el esfuerzo de no abrazarte y
a todos los vientos, gritarles nuestro secreto, ¡ nuestro secretro de amor !
¿ Como es posible guardar un amor, bajo llave ? ¿ Acaso hay algo más puro que el sentir, que
el amor?
Muchos años pasaron, jóvenes no somos, pero nuestro amor sigue siendo doloroso y cruel.
De noche miro la luna y las estrellas y como vivimos bajo un mismo cielo, tu las contemplas
con la misma nostalgia, con el mismo cariño, que tuvimos los dos.
Y cuando me pongo triste, muy triste, por los años perdidos, surge en mi, una pregunta que no
tien explicación:
¿ La sociedad estará satisfecha, por impedir, que nuestro amor, viviera en plenitud ?
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