He puesto en venta mi memoria, no es mucho lo que pido y
doy financiación; es una memoria con muchos años pero con
salud, recuerda grandes y pequeñas cosas con detalles,
colores
y paisajes, palabras hermosas y otras no tanto y siempre
está
lista a recordar. Incluyo en mi memoria una lista con buenos
amigos y otros tantos… que de ellos no quiero hablar.
Mujeres de antiguos amores, fieles algunas, otras mejor
olvidar,
detalles de cada una que es bueno recordar y algunas, muy
pocas
por cierto, hasta su forma de besar.
¡Vendo mi memoria, aproveche la ocasión!
La vendo porque no la uso para que quiero recordar si lo
bueno
ya ha pasado y lo malo mejor olvidar.
Mi memoria todo ha perdido; no tiene nostalgia, no sabe de
tristeza,
olvidó la melancolía, y menos que menos la evocación.
¡Vendo mi memoria, aproveche la ocasión!
Es liviana la he depurado es pequeña ocupa poco lugar y
siempre está
dispuesta para recordar una anécdota, risueña, que podrá ser
la reina
de la noche o la reunión.
Aproveche la ocasión con poco puede ser el dueño de una
memoria
que solo sabe reír, no dispone de lágrimas, su sonrisa es
permanente y
es la única que conozco… es la única que conozco…
¡Que no tiene corazón!
Mario Beer-Sheva
“El hombre es un animal político” Aristóteles.-
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