Temo por ti, temo por mi; los años han pasado pero nuestro amor cenizas han dejado, ya que amores como el nuestro, sus brazas se enfrían, pero sus restos no son arrastrados por el viento del olvido.
Mi temor es real y pienso que al encontrarnos después de tantos años, con nuestros corazones dolidos por el tiempo, pueden hoy, resistir la emoción de estar juntos al fin. Al recibir tu carta, que no esperaba pero sí soñada, sentí en mi pecho la alegría de volvernos a ver; y mis ojos, como un manto de lágrimas, inundó mi rostro hasta llorar como un niño.
Temo el momento del encuentro. ¿Debo abrazarte y besarte o sólo estrechar tu mano, como señal de amistad?
Temo no saber que hacer, temo no saber que harás. Temo no saber si nuestros corazones podrán resistir el encuentro, si nuestros pulsos latirán acorde a nuestra edad, si nuestras gargantas algún sonido tendrán.
Temo...
Temo por ti, temo por mi...
¡Gracias, mi viejo amor! ¡No me esperes; a la cita no acudiré!
Mario Beer-Sheva
pensamientospoemas@gmail.com
"La autenticidad pierde amistades. Pero gana amigos. José Narosky.-
miércoles, 19 de junio de 2013
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