Amigos; les pido que respeten mi dolor, no hablen de ella. Ella pertenece a mi pasado al cual he renunciado y no quiero volver; les pido que no la nombren, que no la recuerden, como si nunca hubiera existido y que ha sido solo una aventura que el tiempo borró de mi vida...
Amigos; les aseguro que nada de ella recuerdo, ni su nombre, que era músicas para mis oídos, ni sus labios, que calmaban mi sed, ni sus ojos, en que ellos veía la alegría de los míos, ni su piel, que mis manos tan bien conocían, ni su perfume, cuyo aroma abría mi apetito a un amor desbocado...
Amigos; como ven, ya nada recuerdo; fue un amor no esperado que entró en mi corazón y un día, por algo que no entiendo, levantó vuelo y en el infinito cielo voló hacia el horizonte y se perdío en la inmensidad del olvido...
Amigos; que difícil es cerrar las puertas del amor por miedo al desengaño y que triste es sentir cono el corazón recibe el amor con la ilusión del tiempo a venir. Su amor entró en mi vida disfrazada de gloria y resultó ser una mala mujer que plantó, en mí, la semilla del dolor y la traición...
Amigos; necesito de vuestra compañía, de vuestra presencia, de vuestro apoyo, ustedes me ayudarán a curar mis heridas. Sólo les pido:
¡No me la nombren!
Mario Beer-Sheva
pensamientospoemas@gmail.com
"Quien teme preguntar se averguenza de aprender. Proverbio Danés.-
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