El perfume de tu cuerpo que me abre el apetito a una mujer deseada, tus suaves manos que al contacto con mi piel me hace navegar por nubes de algdón, tu cálida voz que endulza mis oídos y aplaca mis ansias por el tiempo perdido, tu sonrisa, que aunque triste, encuentro sinceridad en ella, tus ojos que ríen al encontrarnos y vuelven opacos con la despedida...
Tus besos; tus hermosos besos, que a pesar de las bocas que he besado ninguna puede compararse con tu boca, con tu aliento, con tu pasión, que de ella se desprende y me hace revivir momentos pasionales que vivimos escondidos como delincuentes del amor...
¡Extraño!
Tus mejillas, que se muestran rosadas por la faena realizada, tu aliento, algo agitado, por el amor entregado. Y cuando llega la calma, en nuestra cama, esperando que nuestros corazones cansados se repongan por la acción realizada, mientras nuestras manos unidas, en silencio, con nuestros pensamientos gozando los minutos pasados...
¡Extraño!
Cada rincón de tu cuerpo...
¡Extraño!
Mario Beer-Sheva
pensamientospoemas@gmail.com
"Nunca lamentes que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio! Anónimo.-
jueves, 30 de mayo de 2013
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