Llegaste a mi vida sigilosamente, sin darte a conocer y cuando lo supe eras dueña de mi ser. Y como una dictadora; tu mandabas, yo abedecía, y fui, lentamente, acostumbrándome a tu presencia hasta que fuiste mi ama y yo tu esclavo, pero tarde lo comprendí...
Y al pasar los años te apoderaste de mi; mi piel arrugada, mis dolores por la mañana, el insomnio pòr las noches, mis manos tiemblan, mis ojos ven poco, a mi mente les falta recuerdos, todo esto se lo debo a ti...
La vejez había entrado a mi cuerpo, con dolores, temblores, años que se acumulan sin poder evitar. Y cansado de lamentar hoy puedo decirles sin dudar:
La vejez me ha dejado la sabiduría, que me faltó en la juventud, la bondad, que me inculcó por el solo hecho de amar, el perdón, que siempre debemos aceptar, el consejo, que aprendimos y debemos divulgar...
Que triste aquellos que no han podido llegar a la vejez por haber perdido la ternura, del que mucho ha vivido, la comprensión, que los años acumulados nos han hecho mejores personas. Y tener la seguridad que al irnos alguien dirá:
"Murio viejo, dejó un tierno corazón, rebosando de semillas de bondad, para
que otros cosechen su amor que en los años acumuló"
Mario Beer-Sheva
pensamientospoemas@gmail.com
"El hecho que no tengas interés en la política, no significa que los políticos no tengan interés en ti" Pericles(430 a.c.)
martes, 21 de mayo de 2013
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