**Lágrimas Al Viento**
El viento empuja el agua formando olas que se
estrellan sobre
el acantilado de hierro y cemento. El viento, el agua,
las olas…
La niña virgen de amor conoció en ese lugar al
forastero y de
él se enamoró.
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Fue junto a las olas del mar donde la besaron por
primera vez y
a los pocos días, en el mismo lugar entregó su alma
enamorada
y su cuerpo se hizo mujer.
Durante mañanas y noches se amaron con la sangre joven
y
caliente de la juventud y a la tarde, junto al
acantilado viendo
el sol declinar, nacieron planes y proyectos; palabras
de él y sueños
de ella pensando en el futuro en su incipiente amor.
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Pocos días después el forastero partió prometiendo
volver; la
niña quedó triste en aguardo de su regreso. Esperó y
esperó
tanto tiempo que su corazón le permitió. Después el
llanto fue
su compañía pero no su consuelo. El pueblo comentaba,
su cintura
se redondeaba y su fe se consumía. Unos meses y la
niña fue madre
de un hermoso bebé sin padre.
Durante mucho tiempo se vio a la madre y a su niño
sentados en el
acantilado con la mirada en el horizonte aguardando al
padre que
nunca llegó.
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Las olas vienen y van; la madre se internó en el mar
buscando al
hombre que la engañó. La pequeña quedó en la orilla
esperando al
pueblo que la rescató y la crió.
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La niña que el pueblo crió suele acercase al murallón
y ahí asegura
oír la voz de su madre llamando al forastero que ni su
imagen y
nombre conoció.
Mario Beer-Sheva
“Cuando te comprendí no te quise más, te quise mejor “ José
Narosky.-
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