En los días de
nostalgia, como hoy, me paro frente tuyo para
contemplar tus ojos muertos, tu sonrisa helada, tus labios
que
no besan y el calor de tu cuerpo que no existe…
¡Sólo lo hago los días de nostalgia!
Procuro retroceder
con mi memoria; cuando tu retrato tenía vida,
tu voz susurraba en mis oídos, con dulces palabras, que
acunaban
mis noches y calmaban mis ansias…
¡Días de nostalgias, reencuentros con el ayer!
Es una mezcla de sufrimiento y placer traerte del ayer. Mi
cerebro
como un telón se corre, y me deja entrar en el pasado, me
hace sentir
más joven, hasta puedo oler tu perfume y sentirme más cerca
de tu
cuerpo al que tanto adoré…
¡Vivo en la nostalgia, que es mi forma de vivir!
Es muy de vez en cuando que los recuerdos golpean las
puertas de mi
viejo corazón y entre sollozos y sonrisas vuelvo a revivir
los momentos
de nuestro trunco amor…
¡La nostalgia, frente a tu cuadro, me hace soñar de verdad!
Contemplo tu imagen que le falta la vida pero para mis
sueños se hace
real y en esa realidad mantengo la esperanza de algún día y
en algún
lugar…
¡Nostalgia, tu me traes la felicidad!
Mario Beer-Sheva
“Mi incomprensión hirió tu ternura. Y eras sólo ternura” José
Narosky.-
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