**Los Dos Fuimos
Culpables**
Mi boca tapó tu boca, bebí
el aire de tu cuerpo nuestro aliento nos embriagó.
Y juntos caímos en la
pasión desordenada de dos cuerpos que después de
mucho tiempo deseando, al
fin sus instintos unidos levantó en un himno sin
letra a la alegoría al
amor.
¿Cómo resistirse a esa
droga exquisita que olvida las reglas sociales hasta
saciar su placer? ¿Cómo
hacerte mi reina sin ser tu rey? ¿Cómo calmar mis
deseos sin recibir a
cambio los tuyos?
Nuestras manos recorrieron
nuestro cuerpo hasta cada pliegue de nuestra
piel y como braza caliente
dejamos que la lava nos una en esta culpa compartida
que algunos llaman pecado
y nosotros solamente lo llamamos amor.
Los dos fuimos culpables y
hoy que ha pasado muchos años nos sentimos felices
y orgullosos de haber
compartido esta culpa exquisita que fue el pecado más
sublime de la creación.
Si los dos fuimos
pecadores a nadie herimos con nuestra actitud y así dimos los
pasos para cumplir los
deseos de nuestro Creador. Y si él nos creó de esta manera
quienes somos nosotros
para discutir su voluntad.
No comimos la fruta
prohibida no adoramos falsos ídolos; solo quisimos hacer el
amor y tener una vida
feliz.
La voluntad en la tierra
es lo que vale en otro lado no tiene valor. Solo en la tierra
dejamos huellas de nuestro
paso por la vida, solo en la tierra existe el pecado y la
gloria de disfrutarlo.
Los dos nos internamos en
el bosque del amor dejando a un lado el desierto sin
agua sin vegetación de la
soledad gris y triste que solo las lágrimas calman la sed.
Los dos fuimos culpables y
ninguno de los dos dejaremos que el índice de la culpa
nos señale por habernos
enamorado fuera de tiempo como si habría un tiempo
para amar. Se ama mientras
se vive después la muerte se lleva la vida se lleva el
amor y deja vacío el
corazón en un cuerpo sin sentido ni razón.
¡Los dos fuimos culpables;
con orgullo digámoslo!
Mario Beer-Sheva
“Brindar cariño a un niño
es una manera de enseñarle.” José Narosky.-
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