**Otoño**
La tarde de otoño, triste y serena, su cielo plomizo llama al silencio y a
la melancolía. Las hojas que caen alfombran el suelo de bronce y de
oro. La savia de las plantas y árboles están en descanso esperando la
época a despertar y alimentar para un nuevo comienzo que es la continuidad
de la naturaleza real.
Levanto la copa de los buenos deseos; su líquido hasta el borde me
apresuro a tomar brindando por la sombras que después del otoño será
a disfrutar.
El otoño marca el fin y el comienzo de un ciclo, debemos tomarlo como
ejemplo de la esperanza que en la vida debemos tener. La voluntad si
es férrea podrá ayudarnos a transitar los caminos, difíciles, que se nos
puede presentar de la esperanza que no debe claudicar.
Recibimos del otoño un ejemplo a temer y es la esperanza de que nada está
perdido que siempre hay tiempo de
intentar y si en nuestra vida tenemos otoños también primaveras y otras más.
Esa es la vida; un conjunto de estaciones distintas que hacen a los años y
al clima a vivir y de esa manera el mundo avanza cumpliendo con las metas
de las estaciones que debemos compartir.
Si cada uno de nosotros, hombres y mujeres, seguiríamos el ejemplo del
otoño tendríamos la sabiduría y la paciencia que la naturaleza nos legó.
Es el principio o fin de las cosas.
¡Otoño; saludo a la presencia de tu magia!
Mario Beer-Sheva
“La envidia es un impuesto al éxito”
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