jueves, 24 de noviembre de 2016

**Leyendo Las Rimas**


 

 

Como si fuera hoy, después de tanto tiempo, te recuerdo sentada

en un rincón de la enorme sala, junto a la ventana, leyendo *Las

Rimas* de Gustavo Adolfo Becquer.

El sol o la emoción habían enrojecido tus mejillas, tus manos y el

libro temblaban, y tu pecho, por las palabras del poeta, se agitaba

en la fina tela de tu vestido.

¡Un espectáculo para el artista pintor!

Yo te contemplaba y sin pensar más tomé un papel y lápiz para

escribir lo que sentía por vos, y estos fueron mis pensamientos:

“Eres una madona del renacimiento, eres la figura del amor ideal,

eres el sueño que todo hombre busca. Se nota en ti la ternura que

 ofreces sin pedir nada a cambio: solo la amistad. Quisiera escribir,

en este papel, cien palabras que te lleguen al corazón pero nada puede

competir con lo que estás leyendo. Becquer obnubila mi razón”

En ese momento cerraste el libro, lo llevaste a tus labios que lo besaron

como si fuera un libro sagrado. Mientras de tus ojos las lágrimas caían

y tus labios reflejaban el dolor de haberte enamorado de un poeta sin

igual.

…………………………………………………………………………….

Sin nada más que esperar tomé el papel que destruí y me alejé del salón

buscando el aire donde lloré mi pena.

¡Mi pena hasta hoy!

Mario Beer-Sheva


“Lo que oigo, olvido. Lo que veo, recuerdo. Lo que hago, aprendo.”

Confucio.-

 

 

 

lunes, 21 de noviembre de 2016

**Dejemos Los Secretos**


 

 

Ya es hora de hablar; nuestras almas tienen la sospecha, nuestros

 ojos nos vigilan de cerca, nuestras manos, al encontrarse, sienten

 un cosquilleo fácil de reconocer, a nuestros labios les cuestan

estar mudos y nuestros cuerpos que protestan de emoción.

¿Cuánto más podremos vivir así? ¿Cuál es el castigo por amar?

Dejemos los secretos; hablemos con claridad, nos hemos enamorados

cosa imposible de preveer; para el amor no hay tiempo, ni edad, ni

espacio, ni siquiera una sociedad que anule nuestros sentimientos y

nos de la libertad.

¿No será mejor reconocer lo que nos pasa y consultar si hay cura

para esta enfermedad?

Dejemos los secretos; ya somos mayores hablemos con claridad, si el

amor es una enfermedad nos hemos contagiado y que mejor forma de

tratarla que estemos juntos hasta que nos curemos o hasta el final.

No hemos cometido pecado solo nuestros corazones, con sus latidos

enloquecidos, olvidando las normas se entregaron a la locura del amor.

Dejemos los secretos; afrontemos los hechos y sin negar nada demos cara

 a la sociedad que inventaron las normas que hoy no nos permite amar.

¡Secretos e hipocresía pilares del carnaval de la sociedad!

Mario Beer-Sheva


“Hombres de pequeña talla proyectaron sombras gigantescas” José Narosky.-  

 

 

domingo, 13 de noviembre de 2016

**Aplausos**

 
 
Estoy necesitado de ellos; tu que tienes las manos llena de aplausos
 concédeme algunos que calme mis ansias y pueda seguir llenando
hojas, con pensamientos, con poemas, con recuerdos, con situaciones
que crea mi imaginación manteniéndola joven y activa.
No dejes que mueran en tus manos, aplaude y déjalos volar. Puede
ser que algunos no te gusten pero en cambio piensa que lo que hoy
no es de tu agrado puede que lo sea mañana y tu con tus manos hayan
sido artífice de un nuevo poeta que se atreve a pensar
Si no te gustan mis palabras entiendo tu manera de callar pero si callas
por rencor, ten cuidado, la mezquindad está rondando tu vida y ella nada
bueno te dejará.
Deja la pala con la que quieres enterrar y utiliza tus manos para aplaudir
sin cesar, o bien levántate y deja de escuchar. No confundas el rencor con
la cultura deja a un lado tus emociones y dale rienda suelta a tu corazón.
Y cuando en una mayoría tu eres minoría comienza a sospechar que tu
posición no es la correcta o no está a la altura de tu educación.
Comprendo que algunas de mis palabras no la puedas entender, lo que no
entiendo porque te rodeas de seudos amigos que lo único que buscan es la
sombra de tu amistad.
Es triste ver tu falta de aplausos entre tanta gente que aplaude con emoción.
Y en algunos casos hasta lágrimas se pudieron ver mientras tu haces de cuenta
que aquí nada ocurrió.
¡Deja, deja que tus manos hablen en lugar de tu rencor!
Mario Beer-Sheva
“Quien quiere humillar a alguien, debe primero engrandecerlo.” Lao-Tse.-
  
 

sábado, 12 de noviembre de 2016

**De Regreso**


 

 

Llegando al fin del camino y como pegando la vuelta sin ver

mis muchos años he vuelto a enamorarme. Con su flecha de

mucho filo hirió mi carne y recibí el amor. El amor entró en

mi jardín pisoteando el otoño y sin contemplación en sus brazos

me rendí.

¿Hasta cuando es permitido que el hombre o la mujer puedan

enamorarse entre sí? ¿Hay una fecha, tu la conoces?

Mis años son los años del regreso, del olvido, de amigos o talvez

de conocidos, de matar el ocio en un parque rodeado de árboles, de

plantas de flores, pero nunca de manos tibias calentando mi corazón.

De regreso; como si fuera un viejo soldado que regresa a sus armas

buscando la luna que nunca dejó y pensando, tontamente pensando,

que los años pasaron y a el no lo afectó.

Del regreso quiero contar que es entretenido vivir lo vivido pero es

triste saber que lo vivido no se puede mejorar.

Me he vuelto a enamorar y ya estoy arrepentido, porque la mujer que

amé no es la misma de hoy y yo no soy el joven que fui, ni creo en las

maravillas que creía.

Prefiero recordar el pasado antes de enamorarme hoy.

¡El pasado será ficción, la realidad es hoy!

Mario Beer-Sheva


“Quien la claridad busca alguna luz encontrará” José Narosky.-

lunes, 7 de noviembre de 2016

**Maldigo**


 

 

Tu boca maldita que me habla al oído, diciendo palabras que

enciende mis días, quemando mis noches, mientras espero confiado

 tus falsas promesas que solo hace mantener mi eterna agonía.

¡Maldigo, maldigo!

El haberte visto, ya que contigo aprendí lo que es el amor que

esclavizó mis días, llenando mis noches, con ilusiones que nunca se

cumplieron y solo sirvieron para herir mi alma y alimentar mi rencor.

¡Maldigo, maldigo!

El haberte conocido, en un momento que mi vida, sin rumbo ni destino,

creyó en tus palabras, como si fueran sagradas, cuando en realidad tus

intenciones era aprovechar mi alma confundida, para tus vicios sin medida

y sin razón.

¡Maldigo, maldigo!

Dejar que mis manos acaricien tu piel y tu entre suspiros me hiciste creer

que había conquistado tu corazón; que en realidad tu corazón es un trozo

de hielo que congeló tu sangre y huele a maldad.

¡Maldigo, maldigo!

Las horas encerradas en cuatro paredes haciendo, planes olvidando nuestros

compromisos de hogar y familia, pensando acaso por un milagro de tu sangre

fría y helado corazón

Ya nada queda, ya todo pasó, los leños son cenizas que el viento dispersó.

Solo me queda decirte:

¡Maldigo, maldigo mi eterno amor!

Mario Beer-Sheva


“El hombre realmente culto no se avergüenza de hacer preguntas a los

menos instruidos.” Lao-Tsé